El lado amable de la enfermedad

Todos nosotros venimos a este mundo con el objetivo de experimentar emociones y recopilar vivencias. A través de estas aprendemos y evolucionamos como personas. Si miras atrás, tu ya no eres el mismo individuo que aparece en las fotos de cuando tenías diez años menos, ¡aunque tu digas que sí y las muestres orgulloso!. No solamente porque físicamente has cambiado, sino porque tu personalidad, gustos y hasta preferencias ya no son los mismos de antaño. En realidad si tuvieras a esta persona en frente tuyo (tu yo de hace diez años), ¡probablemente sentirías hasta cierta vergüenza de ver cómo piensa y entiende la vida!

Esta captura de información empieza incluso antes de nacer. Desde que somos embriones ya estamos viviendo emociones y recopilando emociones, primero a través del cordón umbilical y luego usando nuestros sentidos (aun estando dentro de la barriga). Es tan fuerte y necesaria esta condición en nuestro desarrollo como individuos, que cuando dejamos de hacerlo, nuestro deterioro como personas (a nivel físico y mental) aumenta exponencialmente.

¿Pero qué hacemos con toda la información recopilada?

Estas vivencias llegan a nuestro cerebro, el cual trata de procesarlas a través de las emociones y asignarle un aprendizaje. Por ejemplo: si yo balbuceo y mi mamá se acerca y me besa, asoció esta experiencia con una emoción de amor y esto lo registró como parte del aprendizaje: cuando balbuceo recibo atención y amor ,,, y así suma y sigue. Mediante la prueba y error vamos almacenando experiencias y emociones. A través de esta dinámica de causa (experiencia) y efecto (emoción) es como evolucionamos como seres humanos.

Si vale, pero a mi no me gusta vivir experiencias y emociones negativas … prefiero no acordarme de ellas — podrías decir

Todas las emociones (con sus respectivas experiencias que las generaron) quedan registradas en el inconsciente. Imagínatelo como un armario donde guardas tu ropa. Siendo así:

  • las emociones que nosotros hemos catalogado como positivas quedan guardadas (junto con la experiencia que las generó) en la parte delantera del armario, son aquellas camisas o vestidos que cuando abres el armario dices, ¡ohh mira que bonitos! Nos encanta ver estas prendas.
  • Las emociones catalogadas como negativas (junto con a sus experiencias) quedan almacenadas al fondo. Son aquella camisa o vestido que nunca quisiste comprar; no te queda bien y te arrepientes de haberlo adquirido. Si fuera por ti, no las querrías tener en el armario, pero no te atreves a sacarlas y tirarlas, porque eso te obligaría a mirarlas de nuevo.

Este armario tiene la peculiaridad que la parte delantera tiene espacio ilimitado, pero no así su parte trasera. Entonces puedes guardar mucha ropa en la parte del fondo, pero llega un momento que no cabe más. Cuando esto ocurre, el inconsciente se lo informa a tu cuerpo y la herramienta que este tiene para resolver la situación es a través de la enfermedad.

Pero ¿por qué enfermarme me ayuda?

Pongamos el ejemplo de un resfriado: cuando entra un bicho a nuestro cuerpo con suficiente fuerza como para desequilibrarlo, este reacciona a través de ciertos síntomas (que llamamos enfermedad, ejemplo una bronquitis) con el fin de poder defenderse para finalmente restablecer de nuevo su equilibrio. Así procede el cuerpo para solucionar cualquier situación, sea externa (un bicho) o sea interna (el fondo de tu armario lleno de emociones no procesadas que terminan en una depresión o un cáncer por ejemplo).

Quiero que veas la enfermedad como un proceso de sanación que realiza nuestro cuerpo y con el cual nos pone un freno (a través de la fiebre o un dolor, por ejemplo) para ayudarnos a reflexionar respecto a cómo estamos haciendo las cosas en nuestra vida. ¿Me resfrié porque salgo muy desabrigado? o ¿Por qué mi alimentación no es sana? o ¿Por qué vivo inmerso en estrés? ¿O por qué tengo una pena tremenda y me da miedo afrontar esta emoción que siento? Una vez solucionada la situación, el cuerpo se recupera y se llena de nuevo de energía para continuar funcionando (por eso tenemos sensación de sentirnos tan bien posterior a recuperarnos de una enfermedad). Por tanto, está en nosotros tomarnos la enfermedad como un proceso negativo, con una emoción de frustración por «la mala suerte que hemos tenido» o como una oportunidad para hacer las cosas de una manera diferente.

Os dejo una frase que dijo Pau Donés (vocalista y fundador de Jarabe de Palo) durante su enfermedad (Cáncer de Colon) :

«Por contradictorio que parezca, el cáncer me ha dado momentos gloriosos, de una clarividencia brutal, de una emoción como nunca antes había sentido.»

Pau Donés

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