Hay un tema que me llama mucho la atención y es el mundo de los sueños. Además de ser enigmático de por sí, encuentro morboso el hecho de que aún no se pongan de acuerdo (científicos y psicólogos), respecto al motivo de porqué soñamos.
Existe consenso solamente, respecto al proceso que se desarrolla mientras dormimos: las 5 fases por las cuales pasamos y su importancia para nuestro organismo. ¡Básicamente es el equivalente humano a ir al mecánico! Pues mientras dormimos se producen múltiples procesos regenerativos de los músculos y hormonales, reparación de conexiones en el cerebro y del ADN que son claves para permitir a nuestro cuerpo afrontar un nuevo día… Todos hemos experimentado las repercusiones de una mala noche en nuestra capacidad para concentrarnos, razonar y participar en actividades diarias, además nos pone más irritables.
El psicoanálisis es la rama de la psicología que se ha dedicado a buscar respuestas que expliquen el porqué soñamos. Según sus estudios, los sueños son la herramienta utilizada por los humanos (a través del inconsciente) para desahogar aquellas situaciones que no hemos sido capaces de resolver «conscientemente», mientras «estábamos despiertos». Mientras soñamos podemos recrear dichas situaciones de manera más auténtica; sin filtros, sin miedos, sin limitaciones de ningún tipo, y de este modo sacar a flote las emociones reprimidas. De hecho, durante el sueño cualquier actividad o conducta es permitida: podemos tener poderes inimaginables, estar en lugares desconocidos o con personas que a la vez son otras, sin que existan restricciones de espacio ni tiempo. El único pero es que el 95% de los sueños se olvidan a los pocos minutos después de despertar.

Una vez conoces que durante ocho horas de tu día, eres capaz de vivir aventuras alucinantes que tu mismo inventas, dónde además eres el protagonista principal y en las cuales puedes incluir a tu novia Pamela Anderson y tener de asistente a Chuck Norris, creo que se abre un mundo ilimitado de posibilidades. Esto se acentúa aún más si lo comparamos con las rutinas (y sus pequeñas variantes) que desarrollamos las dieciséis horas restantes del día, las cuales quedan perfectamente plasmadas en la película «el día de la Marmota». Cada mañana nos despertamos como Phil Connors (papel que interpretó Bill Murray en este célebre filme) y nos dedicamos a repetir la misma rutina (o muy similar): «despertador-ducha-ir a trabajar-trabajar-comer-más trabajar-llegar a casa-sofá-tele-cenar-dormir».
Entonces, en lugar de levantarnos cada mañana pensando en el informe que tenemos pendiente mandarle al jefe, ¿no sería más importante tratar de recordar el disfrute y vivencias experimentados durante la noche? ¿No nos sentiríamos más felices y llenos si supiéramos que durante las últimas ocho horas hemos encontrado el amor de nuestra vida en diez ocasiones y hemos salvamos al planeta otras cinco veces?
A esta reflexión voy a sumarle un dato más: según la mirada de las ciencias más espirituales, cuando dormimos salimos del cuerpo y viajamos a otras dimensiones y/o lugares y hasta vivimos experiencias con otros seres, lo cual recordamos como sueños. Ahí tengo varios amigos que si o si pagarían por llevarse una selfie de recuerdo.
Finalmente, todo lo descrito en este post me lleva a plantearme la siguiente duda: ¿Realmente vivimos la vida mientras estamos despiertos? ¿O vale más la pena la vida que vivimos mientras dormimos?


Para terminar os dejo una lista con algunas curiosidades que he encontrado durante mis lecturas sobre esta temática:
1. Los sueños se producen en todas las fases de un ciclo de sueño, pero es en la fase REM cuando son más vívidos, debido a que nuestro cerebro está muy activo. Podemos tener hasta una docena de sueños en una sola noche y haciendo un promedio, se estima que la mayoría de la gente tiene más de 100.000 sueños durante toda su vida.
2. Hombres y mujeres tienen distintos sueños: Los hombres suelen tener sueños con escenas agresivas. En cambio, las mujeres tienden a tener sueños algo más prolongados y de una mayor complejidad en detalles, personajes y situaciones.
3. Los sueños han sido el origen de algunas películas famosas como «Inception» y canciones inolvidables como «Yesterday» de los Beatles. Revisa aquí para ver más.
4. Los sueños más comunes. Según los estudios realizados, los psicólogos han advertido que existe una serie de sueños que son recurrentes entre las personas, sin importar su país, raza ni religión:
- Ser Perseguido: puede denotar frustración de la persona ante algo o la búsqueda de nuevos desafíos en su vida.
- Te caes: simboliza exceso de estrés y ansiedad que sufrimos cuando no somos capaces de gestionar un problema que afecta a nuestra vida personal.
- Se te caen los dientes: se refiere al miedo a ser juzgados y la preocupación por cómo puedan vernos los demás.
- Estar en una casa que se incendia o se inunda: la necesidad de tomar una acción que dirija tus energías a transformar tu situación actual.
- Te ahogas: significa hay una situación en nuestra vida en la que nos estamos involucrando demasiado emocionalmente.
- Estar desnudo en público: denota un problema serio que está relacionado con la falta de comunicación y problemas para relacionarse, así como con una autoestima muy baja.
Si tienes interés por interpretar los sueños que tienes en la noche (de los que te acuerdes), te dejo aquí el enlace a un diccionario que te explicará sus significados.