Morro de São Pablo

En septiembre 2019 tomaba avión rumbo al norte de Brasil, a conocer una de las ciudades que más me llamaban la atención, por su historia: Salvador de Bahia. Mis viajes siempre los organizo de forma que tengan una parte cultural (visitar alguna ciudad, museo, etc.) y una parte más de descanso, normalmente asociada a a estar unos días en una playa. Este viaje no era una excepción: el planing que hice fue estar 4 dias en Salvador de Bahía (puedes ver aquí el post que publiqué) y 3 días en Morro de São Pablo.

La llegada a Morro São Pablo

Morro de São Paulo es una villa libre de automóviles en el extremo noreste de la isla de Tinharé de Brasil, en el océano Atlántico. Yo accedí desde Salvador de Bahía, que está a unas 60 km de distancia, por medio de unas lanchas para pasajeros y se tarda unas dos horas. Pero ya te digo que el viaje es bastante horrible; la embarcación es pequeña, como para 8-10 personas y está todo el rato dando saltos debido al movimiento del mar. Hay otra opción para llegar que es a través de autobuses, pero estos tardan como 6h y salen con menos frecuencia, aunque si dispones de tiempo yo me iría por esta opción.

Una vez llegas al embarcadero te están esperando una tropa de ”taxistas” con sus carretillas. Como te decía, acá no hay vehículos motorizados, por tanto en esas carretillas suben tus maletas y te las llevan al lugar donde te hospedas.

La ciudad y su historia

El primer registro de documentos históricos de Morro de São Paulo fue en 1531 cuando el actual gobernador de las tierras de Brasil de la época Martim Afonso de Souza hizo sus anotaciones en su diario sobre el ancoraje de la armada en el canal de Tinharés. Así era como lo llamaban los indios Tupinambás que vivían en estas tierras. En 1535 llegaron más de 30 hombres cristianos enviados para colonizar el lugar. Fue el Rey Dom João III quien decidió dividir Brasil en Capitanías Hereditarias.
La Cuarta Capitanía de los Ilhéus que abarca Costa do Dendê – donde Morro de São Paulo está ubicada – desembarco en el día 29 de junio, dando así al lugar el nombre del Santo católico de aquel día, quedando por tanto el lugar bautizado como Morro de São Paulo. Fue a partir de este hecho que la colonización y el poblamiento de esta pequeña villa comenzaron.

En 1630 comenzaron las obras de construcción de la Fortaleza Tapirandú de Morro de São Paulo (conocida como «O Forte» por lugareños y visitantes), para evitar y proteger de ataques externos a la «Bahía de Todos los Santos», además por ahí pasaba toda la producción para abastecer la capital. Este enclave llegó a ser una de las mayores y más estratégicas fortalezas de defensa de Brasil. Hoy se conservan 700 metros de muralla (la cual fue construida con piedra y aceite de ballena) y es Patrimonio Histórico Nacional. Los turistas que llegan por mar a través del muelle del Morro de São Paulo, se ven obligados a pasar bajo un Pórtico que es la puerta de entrada al Fuerte, el cual no fue construido hasta 1728 por el Conde de Sabugosa.

Otra de sus joyitas es la Iglesia de Nuestra Señora de la Luz (Nossa Senhora da Luz – nombre de la patrona de la isla de Morro de São Paulo). Su construcción se llevó a cabo en tres etapas, la primera empezó en 1628 y la última finalizó en 1845.
Construida en estilo barroco, la Iglesia Morro de São Paulo ha tenido una rica historia durante la cual llegó a estar repleta de oro, plata e imágenes sagradas. Por esa razón fue objeto de numerosos robos y piratería, habiendo sido saqueada varias veces. Considerada patrimonio histórico, pero no catalogado por el Instituto Nacional de Patrimonio Histórico Artístico, la Iglesia superó el desgaste que el tiempo mismo ha estado haciendo. Las imágenes y el altar de madera en su estilo barroco neoclásico fueron destruidos por termitas, muestra del descuido del gobierno y la comunidad de Morro de São Paulo. Desde 2004 se lleva a cabo una restauración tanto en el exterior como en sus imágenes sagradas e instalaciones exteriores. 

Las playas del lado turístico … Praia 1 a la 5

Tomando como referencia la fortaleza o la villa, la isla tiene dos zonas de playas, pero una es más turística que la otra.
En la zona turística de Morro São Pablo (dirección este de la isla desde la villa o fortaleza) encontramos una serie de playas ordenadas numéricamente: Primera Playa, Segunda Playa, Tercera Playa, Cuarta  Playa y Quinta Playa o Playa del Encanto como también es llamada.

La Primera Playa está a 5-10 min andando desde la villa y en ella se desarrollan la práctica de algunos deportes acuáticos como buceo con tanque de oxigeno, surf, wakeboard y banana boat. También tiene una tirolesa que la cruza de lado a lado.

En la Segunda Playa se concentra el grueso de los bañistas y locales de comida y diversión tanto para el día como la noche. Se encuentra a 15-20 min de la villa.

En la Tercera Playa es más tranquila, en ella se encuentran los resorts más top. Está a 25 min de la villa.

La Cuarta y Quinta Playa son más apartadas, consideradas playas semi desiertas ideales para aquellos que vienen a relajarse y quieren estar solos. Se encuentra a 30 hasta 50 min de la villa.

Las playas del lado no turístico

A estas se accede en dirección contraria al lado turístico, en dirección oeste hacia la vila Gamboa. Aquí los caminos son a través de los bosques y la misma playa. El principal atractivo, a parte de los paisajes es llegar a una zona conocida como playa de «da Argila», pasando por un par de playas preciosas: la playa «do Porto de Cima» y playa «da Ponta da Pedra».

En playa «da Argila» hay unos barros en las paredes de las rocas con las cuales te puedes embadurnar y te queda la piel muy fina. Bueno la verdad es que lo mejor es lo mucho que te vas a reír haciéndolo.

Sea cual sea la opción que hayamos tomado para pasar tu día, no puedes ponerle fin sin pasar por el mirador. Se accede desde la plaza principal del pueblo y allí en las tardes se llena de gente para ver la puesta de sol y disfrutar de música en vivo.

Si os gusta más la tranquilidad, el fuerte Morro de São Paulo es un excelente mirador para también ver el atardecer. Si tienes un poco de suerte puedes ver alguno de los delfines que están en las aguas de enfrente, mostrando acrobacias y saltos.

Aquí dejo un video resumen de lo que fue el viaje:

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