Hoy es fiesta. ¿Qué se celebra? La verdad, lo desconozco … ¡Solo se que no tengo que ir a trabajar! Pero he decidido no sentirme mal por ello. No por no tener que ir a la oficina, sino por no saber qué se celebra en este día. En realidad a veces creo que debería ser un genio para acordarme de todas las festividades existentes en el año: el día del niño, de la mamá o del papá, el día del árbol, día de la secretaria, de los infermer@s, del profesor, descubrimiento de América, día de la tierra, … ¡uf! son muchos! Yo me conformo con recordar los básicos. Aquellos que me hacen parecer una persona normal y respetable: Navidad, Año Nuevo, mi cumple y santo. Sí, cuatro me parece un buen número. Razonable para memorizarlos y no experimentar lo mismo que cuando estudiaba historia; en esta asignatura acababa mezclando los años con los eventos.
Además si te fijas, algunas fechas vienen con ayuda. Por ejemplo, si ves niños disfrazados por la calle entonces dices: o los papás se han vuelto locos o ha llegado Halloween. También los comercios nos bombardean con propaganda varios días antes de un día teóricamente importante, para que compremos cosas (quizás sean las grandes cadenas las que se inventan las festividades). Quiera o no quiera me acabo enterando de que se viene algo grande, sin necesidad de memorizar fechas.

Si me preguntáis a mi, no entiendo porqué celebramos tantas cosas en el calendario. ¡Prácticamente cada día hay algo que festejar! Además, en general hemos pervertido el sentido de dicha festividad. Me explico; la mayoría de las conmemoraciones tienen su origen en la antigüedad (civilización egipcia, romana, griega o anteriores) y representaban una manera de dar las gracias a los dioses o a la naturaleza por “algo”, mediante de ofrendas y sacrificios. Este “algo” podía ser una buena cosecha, un corto invierno, abundante lluvia, alejar la enfermedad, etc. Un ejemplo de fiesta pagana que ha sobrevivido hasta el día de hoy es Halloween. Debemos recordar que con la llegada del cristianismo, las Iglesia Católica adoptó muchas de estas festividades como propias. De esta manera fueron cambiando los elementos o creencias paganas por motivos o ideas cristianas. En definitiva fue una manera muy inteligente de introducir la nueva religión.
Cuando nos fijamos en las celebraciones cuyo origen no es pagano, también me salta la duda de hasta que punto sirven. Revisemos algunos ejemplos:
- El día internacional del niño, a través del cual se busca concienciar sobre los derechos de los más pequeños. Esta festividad tiene más de 40 años y mirad donde estamos:
No parece que hayamos avanzado mucho.
- El día del profesor, secretaria, infermer@, etc, tiene como fin reconocer su trabajo y profesionalismo con el cual se desarrollan diariamente. Tal vez tendría más sentido reconocerlos diariamente, con sueldos que así lo reflejen y con un trato respetuoso … que se ve cada cosa en las empresas y hospitales que da miedo: jefes tratan muy mal a los empleados, acoso laboral …bueno, lo dejo ahí.
- El día de la raza, el cual se conmemora el descubrimiento de América por el navegante Cristóbal Colón en 1492. Yo les preguntaría a los indígenas que vivían en esas tierras y que fueron «descubiertos», para ver si realmente les apetece celebrar algo de esto.
Quizás llenar el calendario de celebraciones no tenga mucho sentido cuando ya estamos en el siglo XXI, en un mundo cada vez más comunicado y global. En mi humilde opinión, los problemas se solucionan agregándolos en las agendas internacionales, para que los gobiernos, presionados por las agencias no gubernamentales, los solucionen adoptando medidas. Nosotros, los ciudadanos normales y corrientes también tenemos nuestro grano de arena que aportar; en vez de celebrar tanto, deberíamos sentarnos a conversar con la gente que nos rodea. Porque es muy fácil quejarse que los gobiernos no hacen nada, mientras nosotros crucificamos a nuestros vecinos por su color de piel o religión … finalmente todos los problemas se reducen a una falta de empatía y comprensión.