El Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) posee una colección de arte europeo y catalán espectacular, organizada en 4 espacios: Medieval – Románico, Medieval – Gótico, Renacimiento y Barroco y una última sala de arte contemporáneo (Aquí puedes conocer más sobre las particularidades de cada época). Son mil años de arte pero también de historia pues a través de cada una de las pinturas y grabados podemos conocer muchos detalles sobre los hechos ocurridos y la manera de vivir de las personas.
El museo cuenta también con varias exposiciones más itinerantes que puedes consultar aquí.
Para mi la parte más sorprendente es la época Medieval, por lo cual dejaré a continuación algunos puntos que creo interesantes:
Medieval – Románico
Durante los siglos XI, XII y XIII, las construcciones de carácter civil y militar, como los palacios y las fortificaciones, alcanzaron una gran importancia, sin embargo casi no se conservan restos. Por eso la mayor parte de conocimientos que hoy tenemos sobre la arquitectura y el arte de la época románica es a través de las iglesias y conjuntos catedralicios y monásticos. En realidad el espacio interior de estos edificios se adaptaba para cumplir con las necesidades litúrgicas; tal vez el punto más relevante era el altar y su entorno, el presbiterio, donde se celebra el acto esencial de la misa: la Eucaristía. Por todo ello, el ábside, que preside el presbiterio y el altar, acostumbra a ser el lugar de la iglesia donde se ubica la representación pictórica más importante, centrada por una teofanía o representación de la divinidad. Por ello, la colección de arte románico que veremos está integrada por excepcionales conjuntos de pinturas murales y ricos fondos de pintura sobre tabla, siendo la colección más antigua y extensa de Europa.
Uno de los elementos que más me sorprendió es el bestiario o multitud de animales que aparecen representados en las distintas pinturas y que por lo visto eran elementos muy significativos de la iconografía medieval
Medieval – Gótico
Durante los siglos XIII-XV el elemento artístico principal dejan de ser los muros que rodean el altar y se fija en el mueble litúrgico que se coloca tras el altar. Por ello el retablo, las esculturas, el pergamino y las piezas decorativas pasan a ser los grandes protagonistas. En esta época aparecen también los primeros nombres propios del arte catalán, con pintores como Jaume Huguet, Lluís Dalmau, Bernat Martorell y Lluís Borrassà, y escultores como Jaume Cascalls y Pere Sanglada.
En este periodo me han sorprendido los episodios que aparecen pinturas sobre las torturas que les hacían a las personas. Un ejemplo es el de Santa Lucía que fue martirizada en tiempos del emperador Diocleciano por ser cristiana:
NACHO MARCELINO 