Conocerse a través de la alimentación

El cómo nos comportamos delante de la comida está directamente relacionado con nuestro estado anímico y físico. Aunque creas que van por separado, no es así y hay que tenerlos ambos en consideración. Entonces, viendo la manera de comer de tus hijos (sobretodo a partir de los 12 años), pareja y la tuya propia, puedes entender en qué estado psicológico están (en el caso de las personas adolescentes y adultas) y puedes preverlo en el caso de los niños.

Te cuento con más detalle:

  • Ámbito físico: una persona que no se alimenta correctamente normalmente tiende a tener sobrepeso. Quizás este es el efecto externo más fácil de identificar, pero hay otros, como puede ser aumento del agné, tanto en la cara como por el cuerpo, mayor olor corporal, etc. También hay el efecto físico en los organos internos, los cuales según los alimentos que comamos, los tenemos full trabajando y por tanto gastando más energía de lo necesario. Esto también ocurre cuando comemos raciones muy grandes de comida. También hay que tener en cuenta que el sobrepeso por si, conlleva un sobreesfuerzo del cuerpo para moverse, y más requerimientos de energía. Esto también facilita que la persona se canse con mas facilidad y que el cuerpo destine más energía en moverse, en lugar de usar esta energía para procesos del cerebro o reparativos/regenerativos del propio cuerpo. Por último comentar que este consumo excesivo de energía que necesita el cuerpo, también lleva al agotamiento de la persona, esta sensación de sentirse siempre cansado y que te cuesta concentrarte, lo cual tiene efectos en su estado de ánimo.
  • Ámbito emocional: aunque poca gente le pone atención, hay que tener muy claro que usamos la comida como un instrumento para gestionar emociones. Ejemplo: cuando estas triste mucha gente come, cuando tienes ansiedad ocurre lo mismo. Entonces hay que empezar a ser consciente cuando comemos para rellenar agujeros emocionales que tenemos y ser cuidadoso para saber cuando la comida la convertimos en un consolador emocional. Hay que ser bien conscientes que la comida eleva o baja de forma muy relevante nuestra autoestima.

Aunque te parezca mentira, ambas cosas las puedes controlar comiendo de forma adecuada. Solo cambiando tus hábitos puedes modificar de manera muy notoria tu vida y puedes gestionar de mejor forma las emociones. ¿Te interesa? Vamos pa´llá!

Voy a empezar contándote que hay 2 tipos de hambre:

  • Hambre emocional: tienes una necesidad muy intensa de saciarte, además que tienes la urgencia de hacerlo de forma inmediata. Lo malo de esta hambre es que normalmente seleccionamos productos muy procesados y con altos índices de azucar. Posterior a su ingesta genera remordimientos y puede que malestar físicos porque algún producto nos sentó mal o por la cantidad ingerida
  • Hambre física: es un hambre que te da de forma gradual, la ves a venir poco a poco. Para saciarla estás más abierto a hacerte alguna preparación con productos frescos y no tan procesados. Normalmente acabas ingiriendo alimentos que te sientan bien y no genera una etapa de remordimientos, al contrario, normalmente eleva la autoestima porque sientes que comiste de forma adecuada, te sientes orgulloso de ti.

También es importante que cuando efectuemos el acto de comer lo hagamos de manera consciente, fijándonos en qué comemos, la velocidad a la que lo hacemos y en la cantidad que lo hacemos. Para ello es un enemigo tuyo:

  • Comer viendo la televisión: esto es algo muy cultural, y hay que ponerle mucho ojo, porque cuando hacemos esto normalmente no somos conscientes de la cantidad que ingerimos de alimento ni a la velocidad que lo hacemos.
  • Comer por comer. Sino tienes hambre no te comas el mismo plato que te comerías con hambre. puedes optar por algo mas ligero como un snack a base de frutos secos o una fruta o sencillamente saltarte la comida.
  • Consumir bebidas gaseosa antes o durante la ingesta de comida. Esto hace que nos llenemos previo a comer y dejemos de ingerir alimentos que requerimos para el aporte de proteínas, fibras y carbohidratos. Además son un aporte muy alto de azúcares
  • No planificar tu comida: esto de abrir la nevera y pillar lo primero que te apetece o ir a comprarse cualquier cosa rápida en un negocio cercano no es un buen hábito, dado que normalmente acabas comiendo algún alimento muy procesado y no balanceas esta ingesta de comida con las otras que hayas hecho o vayas a hacer durante el día

Por último quiero que entiendas que alimentarte mal tiene una consecuencia económica, y es que vas a gastar más en ir al médico y/o comprar medicamentos.

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